El argentino, cerca de cumplir los 47 años, se enfrenta con Macaulay McGowan
Fiel a su alto perfil, obstinado con la idea de desafiar al tiempo y con el ego intacto, Sergio Maravilla Martínez sigue obsesionado con recobrar su pasado glorioso. A días cumplir 47 años, con el objetivo de seguir sosteniendo las aspiraciones de acceder a una pelea mundialista con el japonés Ryota Murata, este jueves se enfrentará con el inglés Macaulay McGowan, en el Wizink Center de Madrid. El combate será televisado por ESPN 2 Y STAR + desde las 15.
«Estoy viviendo el sueño que yo mismo estoy provocando y me encanta el resultado que está dando. Tengo más de 26 años como boxeador y voy a ser boxeador toda la vida. Mi cuerpo todavía me acompaña y la mente también», argumentó Maravilla, ilusionado, en una entrevista con la cadena ESPN. A decir verdad, este combate ante McGowan, de 27 años y un récord de 14 triunfos (3KO), dos derrotas y un empate, está lejos de ser una prueba dura y valedera para las aspiraciones del argentino, que peculiarmente está ubicado número 3 en el ranking de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
En el pesaje de esta tarde, Maravilla Martínez tuvo que subir dos veces a la balanza para poder dar el límite de 73 kilos que se acordó para el combate. En la primera oportunidad registró 73,400, y un rato después, consiguió los 72,800.
Los antecedentes de McGowan
Poco se sabe de su adversario. Pero, ¿cómo es que tiene un récord positivo de 14 triunfos y 2 derrotas? Su carrera parece haber sido ajustada para la ocasión. Algunos de los rivales de McGowan son boxeadores que también forman parte de un circuito que muchas veces modela récords boxísticos. Doce de sus 14 triunfos fueron con boxeadores ignotos y de estadísticas ridículas. Venció a Jason Nesbitt (10 triunfos y 198 derrotas), Matt Seawright (5 y 146), Jamie Zaszlos (1 y 15), Fonz Alexander (15 y 119), Attila Bardos (1 y 2 derrotas, retirado en 2015), Arvydas Trizno (27 y 91), Danny Little (8 y 76), Kevin McCauley (15 y 221), Chris Jenkinson (12 y 74), Zaurs Sadihvos (4 y 22), William Warburton (27 y 164), Kristaps Zulgis (6 y 23).
Los únicos rivales a los que a los que McGowan le ganó y tuvieron récord positivo fueron Sullivan Mason (15 y 3), en un combate de seis rounds, y Paul Allison (6 y 5), en uno de cuatro rounds. No pelea desde hace trece meses y no gana una pelea desde hace dos años y medio.
Otro dato que sorprendió de la foja de servicios del inglés es que las dos únicas peleas que hizo a 10 rounds las perdió por puntos (Kieron Conway y Tursynbay Kulakhmet ). «Si miramos la situación de afuera, no tengo ninguna posibilidad ante Maravilla. Tal vez sea un 90 % para él y el 10 para mí», dijo con una sinceridad particular el boxeador británico. Aunque luego replicó: «Pero la forma que me he entrenado y me he preparado, me hace pensar que puedo dar vuelta esos porcentajes. He puesto mi corazón y mi alma en ello. Siento que las estrellas se están alineando. Esta oportunidad me ha llegado en un momento perfecto», declaró, hace unos días, en una entrevista con The Sportman.
El mismo medio pone en duda las equivalencias del match. «McGowan sabe que fue escogido para hacer quedar bien a Maravilla, pero está dispuesto a no respetar el guión», escribió el periodista Dom McGuinness.
McGowan, nacido hace 27 años en Lanchashire, al norte de Manchester, contó una anécdota sobre cómo conoció al argentino. En agosto de 2021, estaba en el Bowlers Exhibition Centre, para ver peleas de Callum Thompson y Marcus Morrison. De repente lo vio entrar a Maravilla: «Me dije ‘¡Sergio Martínez en Bowlers! ¡Wow, esto es una locura!’, y le pedí una foto. Crecí viéndolo con Chávez Jr., venciendo a compatriotas míos como Martin Murray, Matthew Macklin y Darren Barker», declaró.
Algunos detalles más del muchacho 20 años menor que Martínez. Su combate con Conway, se concretó de manera improvisada. «Me avisaron cinco días antes. Mis compañeros y mi familia habían perdido el trabajo por la pandemia. A mí me dieron la oportunidad de pelear en la velada de Anthony Joshua y no lo rechacé», dice para explicar esa derrota.
La prensa inglesa, rescató una curiosa anécdota de aquel combate, lo que muestra también la poca concentración con la que se subió al ring. En uno de los descansos, la TV puso el micrófono en su rincón. Y al quitarse el bucal se escuchó que le preguntó a su entrenador: «¿Cómo va el City?». El equipo de Guardiola, a la misma hora, jugaba con el United en Old Trafford. El encuentro, aburrido, terminó 0 a 0. Pero a él le fue peor: los árbitros lo vieron perder aquella noche de manera contundente, con una tarjeta 90-100 y dos de 89-100.